Pachorruda burocracia etílica de Capach

La tarde del viernes se dio la enésima demostración de ‘las maneras’ tanto de gobernar en este trienio panista-priista, como de trabajar –es un decir- en la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo -Capach-, con afectación consiguiente a población: desde el lunes de la semana pasada se ha reportado el rompimiento del pavimento en la esquina de las calles muy céntricas Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc; la primera, ‘que baja’ hacia el zócalo capitalino y, la segunda, una vía donde entre cientos de coches al día también sirve de ruta para el transporte público hacia la parte norte.

Pasaban de las 3 de la tarde, hora de salida de la siempre apapachada burocracia en el servicio público, y a metros de esa zona de brote de aguas negras, del hoyo generado, los encharcamientos y los dos cauces de aguas pestilentes –cada uno siguiendo camino por las calles mencionadas-, un grupo de trabajadores de la paramunicipal Capach haciendo lo que regularmente, de hecho, han estado haciendo desde antes de esta actual administración: bebiendo alcohol en latas de cerveza; seguramente por ser especialmente en viernes –no hay que llamarlos a trabajar los sábados y domingos-, esa tarde se veía especialmente “alegre”, entre risotadas, jaloneos, peleas de juego y en general un jolgorio como cualquier pachanga normal, sólo en que en vía pública, con borrachera de por medio –lo que según reglamento municipal debería de ameritar detención policial- y, como siempre ha sido, a las afueras de una muy concurrida tienda Oxxo, la ubicada en esa esquina céntrica, zona de “convivio” casi a diario pero especialmente este viernes pasado.

A sólo unos cuantos metros de esa alegre reunión de trabajadores de Capach violando el Bando de Policía y Gobierno del ayuntamiento, un pavimento quebrado –después de la aplicación de chapopote meses antes-, una olla del drenaje reventada, de donde se daban brotes de aguas negras, haciendo ‘arroyito’ calle abajo cerca del zócalo y rumbo al norte, con el consiguiente riesgo para automovilistas, que hasta este lunes han evitado caer en ese hoyo, como también para conductores de motocicletas y motonetas, algunos de los cuales –según testigos-han estado a punto de derrapar al tratar de evitar intempestivamente ese punto en esa esquina, exactamente igual desde el lunes 16, justo en el inicio del periodo más recurrente de las lluvias fuertes, con las ya conocidas afectaciones por la tromba de ayer domingo en muchos puntos de esta ciudad, donde se ha trabajado a manera de respuesta y no de forma preventiva, por eso precisamente esa olla del drenaje se ha vuelto ya un problema de salud pública en plena temporada de las lluvias. De haber una real política de prevención y protección civil, brotes desatendidos como de la esquina de las calles Hidalgo y Cuauhtémoc ni debieron haberse registrados.

Pero se sabe cómo ‘trabajan’ en el gobierno de Gustavo Alarcón Herrera y en la Capach: con una displicencia –“pachorrudez”, para decirlo con expresión más local- tan conocida que paciera que ya no molesta, cuando debería ser así. No queda más que exponer el nivel de irresponsabilidad burocrática, de prepotencia laboral alcohólica, de falta de autoridad en Capach y la ya conocida incompetencia en los mandos directivos, incapaces siquiera de poner orden ante un brote de aguas negras y ante unos “trabajadores” sindicalizados intocables y tolerados.

 

Comentarios cerrados.