HORACIO LARA MORENO, desde Tixtla, arte en piel y en Europa

El Güero Lara, que de chamaco era “un completo desmadre”, ni quería estudiar: sí quería de grande hacer chicotas para las danzas de tlacololeros de Tixtla y venderlas. Pero algo tenía que ya dibujaba, cantaba en la escuela, incluso escribía historias y versos que no mostraba por pena, hasta actuó en una representación de Semana Santa, le gustó y decidió irse a la Ciudad de México a estudiar Arte Dramático en el instituto “Andrés Soler”, incursionando en teatro y aprendiendo, entre tantas materias escénicas, caracterización en maquillaje, a la par de pintar e incluso incursionar en gastronomía del chocolate (base de lo que después sería su actual Chocolatería Nina, una evocación a su bisabuela Ondina), pero “freno: estoy haciendo muchas cosas y no me enfoco a nada”. Llegó una vida “muy normal”: de vuelta en Tixtla, con familia, daba clases en verano en una escuela, tenía un estudio fotográfico, trabajaba en el ayuntamiento…la verdad “ya no había chispa, el Horacio artístico ya no estaba”, pero Yuridia –su esposa- le sugirió retomar pintura con promociones en fotografía, aprovechando un cercano Día de Muertos. Surgió un proyecto local de body-paint, después, la idea de ‘desempolvarse’ en lo creativo-expositor: “Yo, Ramón”, monólogo teatral de su autoría, sirvió de idea base para presentar, vía ensayo justificativo, el proyecto pictórico y fotografía Arte en Piel, Pintura sobre Lienzo Humano, que del 2016 –año del debut en la Ciudad de México- se ha expuesto en Zihuatanejo, por supuesto en Tixtla, hasta Sudamérica (Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica) y desde este año, vía la gestora Arteria XXI, en Huesca, España; Roma, Italia; París, Francia, y en febrero en Venecia, donde prevé ir para además pintar, en un estilo único que “enaltece a las culturas madre, afro y guerrerense”. Ya con 40 obras en lienzo humano, “todavía no me cae el veinte (…) es un resurgimiento, estoy muy confiado en la vida, en que nos va a brindar mucho más alegría, más trabajo; un 2024 que creo que vamos a cerrar muy fregón. Todos decían que El Güero no hacía nada: estoy orgulloso de no hacer nada y de lograr conquistar Europa”.

Pablo Israel Vázquez Sosa

Del barrio de San Lucas, “100 por ciento sanluqueño”, antes que la cultura del chocolate de este actual chocolatier fue crecer, desde que tiene uso de razón, entre las manifestaciones artísticas, que percibía y que, desde chamaco, empezaría a ejercer.
Y es que la familia de El Güero Lara ha estado vinculada al arte: representantes artísticos, autores, pintores, cantantes; también en el magisterio, aquí del lado directo de sus padres, Horacio Lara Catalán y Ada Angélica Moreno Ojeda, ambos jubilados.
– De niño me llamaba mucho la atención ser artista, desde que me acuerdo; veía televisión, empecé a ver Chespirito y quería aparecer en la caja negra-, recuerda este nacido el 21 de febrero de 1987, un admitido como “un completo desmadre” de chamaco que, un día, fue llevado, junto a su hermana Alma, a la Ciudad de México por cuestiones de actualización magisterial de su mamá.
Era su cuarto grado de la primaria y dice que cantó en un club de ópera infantil, “ahí recibí mi primer sueldo como artista”, recuerda; por esas fechas ya veía pintar al amigo de la familia, el artista plástico, de gran legado en Tixtla, Jaime Gómez del Payán, “me inspiró mucho en pintar (…) yo ya quería óleo”.
Pero Horacio no quería estudiar, “yo lo que iba a ser era hacer chicotas para las danzas de los tlacololeros y venderlas”.
Un actor en cultura del chocolate
De regreso, estudia la secundaria Heroína de Tixtla donde además de incursionar en dibujo básico conoció no sólo la actuación, integrado a una representación por Semana Santa, sino también descubrió un interés por escribir historias con miras a ser guion teatral, “historias de lo que fuera, pero era como hobby, sin que nadie se enterara, me daba pena; me gustaba escribir versos poéticos”.
– Me quiero ir porque quiero estudiar arte-, pensaba entonces, así que se va a radicar a la Ciudad de México, concretamente al instituto Andrés Soler de artes escénicas, él en Arte Dramático, “tuve el privilegio de que me seleccionaran Javier Rojas, un director teatral de los chingones, y la primera actriz Bárbara Gil. Son tres años pero son chingas”.
Voz y dicción, canto, expresión corporal y actuación están dentro del bagaje profesional de este actor tixtleco, “empecé a iniciar currículum, también empecé a conocer gente del medio teatral y empecé a trabajar en teatro, ¡hice mucho teatro!”.
En la carrera había una materia denominada Maquillaje Artístico y Caracterización, no en piel directamente, sino en fases para la representación de algún supuesto herido o baleado, “ahí me nace retomar la pintura, pero dije ‘quiero hacer algo que no esté, que incluso lo vean y no sepan qué es’, empiezo a ir a ver a la escuela Esmeralda de artes plásticas; me hago oyente, empiezo a tomar talleres con alumnos”.
– ¿Qué plasmabas entonces?
– Lo que soñaba. Era muy abstracto, sigo siendo abstracto.
Pero no dejaba de ejercer la actuación y El Güero se iba a castings de películas, comerciales, “empiezo a pintar bocetos”….pero algo ocurrió: “freno: estoy haciendo muchas cosas y no me enfoco a nada…había una ganancia pero a fondo perdido”, dice riendo.
Lo pensó también porque además de buscar actuar y de plasmar obra plástica ya empezaba a incursionar en la gastronomía del chocolate, además –lo reconoce- “me vi muy involucrado en vicios; me destrampé artísticamente…sufrí de ego, se me subió. Troné, me quedé sin nada”.
Tras un frenón de vida, analizándose, decidió estudiar precisamente especialidades en chocolatería y para ello “guardo en una cajita” su lado artístico actoral.
“Me gustó emprender con el cacao”, dice sobre su incursión a la Universidad del Claustro de Sor Juana, “con el chocolate puedes hacer arte”, dice el además emprendedor de la Chocolatería Nina de la calle Zaragoza, en su barrio tixtleco. Niña, detalla, es el nombre de su bisabuela Ondina González, que preparaba chocolate desde 1934.
Del body-paint a Arte en Piel
– Tenía 20 años y no sabía qué chingados hacer con mi vida; tenía 80 años encima, de muchas experiencias-, reconoce El Güero, quien alterna Ciudad de México-Tixtla y aquí se integra a dar clases, vinculadas a la educación, de danza, música, teatro, pantomima, Cine y maquillaje artístico en la escuela Simón Bolívar, donde laboró, cada verano, del 2007 hasta el año pasado.
Después de –reconoce- otro bache en lo emocional, hace unos 10 años, Horacio destaca que “vienen los éxitos” vinculados al nacimiento del proyecto Arte en Piel, “ya estaba aquí. Vuelvo a dejar todo: tenía dos negocios –de renta de computadoras y un estudio fotográfico-, me invitan a trabajar en el ayuntamiento…vida muy normal”.
Un día del 2015, junto a su esposa Yuridia, ella le preguntó por qué no retomaba la pintura, “¿Para qué?”, respondió El Güero, quien reconoce que “ya no había chispa, el Horacio artístico ya no estaba”.
La idea de Yuridia, aprovechando la cercanía de Día de Muertos, era que maquillara a jóvenes catrinas y les ofreciera promociones en fotografía. Surge la convocatoria para body-paint con trazos exclusivos de Horacio. Llegó una primer modelo para rostro y El Güero ideó diseños sobre cultura afroguerrerense, “no copié”, lo especifica.
– Voy a desempolvarme y voy a buscar dónde exponer-, decidió ya encarrerado. Como su hermana radica en la Ciudad de México, lo vincula a una primer Casa de Cultura. De primeras once, para entonces ya tenía fotografías de 22 pinturas en lienzo humano.
Ya tenía escrito un monólogo teatral llamado “Yo, Ramón” –que ha montado públicamente y que evoca las vicisitudes históricas y personales del prócer tixtleco Vicente Ramón Guerrero Saldaña-, que le sirvió para guiarse presentando una especie de ‘ensayo de presentación’ para recintos culturales de la capital del país; es cuando nace el concepto Arte en Piel, Pintura sobre Lienzo Humano, que se presenta en febrero del 2016 durante un mes en el parque de la colonia Santa María la Ribera, tiempo en el cual Horacio pintaba en vivo y llevó gastronomía y artesanía tixtlecas.
– Para muchos, ser modelo en el proyecto Arte en Piel fue su primera vez como artistas…yo digo que ser modelo es una artista-, dice el entrevistado, “son tixtlecas en su mayoría; solamente, de todo el tiempo que llevo pintando cuerpos, solamente han sido dos hombres”.
– Ya no voy a andar tarugueando en hacer tantas cosas-, pensó entonces el renacido artista, “empiezan a llegar más modelos, empiezo a hacer amistades en la Ciudad de México para conseguir más lugares”, así que de la primer Casa de Cultura expone en otros recintos similares en la ciudad, desde el Hipódromo Condesa hasta Tepito, de nueva cuenta radicando en aquella ciudad, de nueva cuenta dejando todo en Tixtla. De hecho también radicó en familia en Morelia, Michoacán, donde desplegó su arte en arte plástica y chocolatería.
En 2020 es invitado a integrar la asociación Maestros de la Plástica Internacional, que a su vez lo conecta a una exposición en Zihuatanejo, donde envía obra “y de ahí empiezan las invitaciones a exponer fuera: Venezuela, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica; empiezo a mandar fotos”.
Ni en tiempos de pandemia perdió vigencia la obra de Horacio, quien ‘exponía’ y hablaba de su creación vía Zoom, integrado además a un archivo digital de la asociación con miras a venta de obra de los artistas.
Lienzo humano y fotos en Sudamérica y Europa
Terminando lo más álgido de la pandemia la familia (El Güero, Yuridia y dos hijos) llega, para radicar a la fecha, a Tixtla, montando Chocolatería Nina y con nuevos conectes en exposición y lo artístico, incuso monta “Yo, Ramón”, en el ayuntamiento municipal, a la par de Arte en Piel, igualmente plasmando en vivo, como en vivo integró a una banda de rock, The Strangers.
A este año Arte en Piel, Pintura sobre Lienzo Humano, se ha expuesto en Europa: “hay un misterio: la gestoría cultural Milagros Zúñiga, de Perú, no sé cómo encuentran mis datos, me ubican y a mi teléfono personal llega la invitación para participar en una exposición internacional iberoamericana en Huesca, España, que se llama Arteria XXI”.
– A la fecha tengo 40 obras en lienzo humano en Arte en Piel-, detalla, así que mandando la reseña y fotos de su ‘caballito de batalla’ es aprobado para exposición en aquella ciudad ibérica.
– ¿Algún otro guerrerense ha expuesto allá, vinculado a Arteria?
– Como mi trabajo, no. De lo que he investigado, lo que he hecho, el body-paint apegado a la fantasía, trabajos de mi autoría, hasta el momento no hay, me han comentado que como yo represento no hay.
Como parte de la mencionada gestoría cultural expone en el Parque Floral de París, Francia, dos obras que había mandado a Huesca, “Frida desfragmentada” y “Espectros”; de ahí a Roma, Italia, donde se expuso hasta este domingo 18 fotografía de Arte en Piel de El Güero, aquí con un tercer trabajo en gira, “Digna Representante de la Muerte”.
– Te soy sincero: todavía no me cae el veinte-, dice Horacio Lara sobre su actualidad, “te estás llevando la primicia de todo lo que estoy haciendo”, de todo lo que hace este ‘nuevo Lara’, porque el anterior, el del ego desbalagado, “hasta a mí me caía mal…el que está ahorita ya está más centrado. La locura, la hiperactividad, lo chingón, no se me quita, eso nunca”.
En octubre las tres obras se expondrán en Francia, de nuevo, “y en febrero viene un carnaval en Venecia donde posiblemente esté pintando allá, ojalá que se me haga”.
Actualmente Horacio mantiene agenda abierta para quien se quiera sumar como modelos de Arte en Piel, “mi objetivo es seguir, si ahorita es Europa más adelante puede ser otro continente, mientras El Güero Lara, Arte en Piel, solicita modelos, ya tenemos algunos agendados; ya no puedo cambiar el estilo porque ya es una marca donde enaltece a las culturas madre, afro y guerrerense. Ya es mi estilo y el plus que agrego es que es en cuerpo humano. Si hay invitaciones para participar en Guerrero, en mi comunidad, en mi ciudad, en otra ciudad de la República, estoy disponible”.
Así que este año, lo destaca, “es un resurgimiento de la Chocolatería, de Arte en Piel, un resurgimiento donde estamos muy fuertes, estoy muy confiado en la vida, en que nos va a brindar mucho más alegría, más trabajo; un 2024 que creo que vamos a cerrar muy fregón. Todos decían que El Güero no hacía nada, que siempre me la pasaba caminando en el pueblo…efectivamente, pero no sabían todo lo que hay atrás: estoy orgulloso de no hacer nada y de lograr conquistar Europa”.

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