Dentro de los tantos defectos que se le pudieron endilgar a la ahora extinta Policía Federal sector Caminos –con o sin fundamentos, que cada quien hable según como le fue en la feria mientras existió la corporación-, hay algo que no se puede negar: había con esos agentes más acciones de vigilancia, contención, prevención y control en tramos carreteros tanto federales como de cuota. Sólo como ejemplo, hay que recordar que el denominado Carrusel, que encabezaban unidades oficiales, servía para que las y los automovilistas moderaran su velocidad y, de paso, se pusieran más alertas porque precisamente advertían que tenían enfrente a agentes federales listos para intervenir y hasta aplicar sanciones económicas.
Otros operativos, como el Telurio o Viajero Seguro, eran constantes mientras existió esa corporación, borrada a inicios del sexenio presidencial anterior para dar paso a la ahora Guardia Nacional, la agrupación civil/militarizada que, hay que señalarlo, dentro de sus tantas falencias persistentes, también ha fallado en materia de acciones de prevención y mayor resguardo en las carreteras, y qué mejor ejemplo para demostrarlo con la alta y por tanto preocupante incidencia de accidentes en el tramo de la Autopista del Sol atravesando Chilpancingo, es decir en boulevard Vicente Guerrero, desde el punto de Tierras Prietas, al norte, hasta el conocido como Parador del Marqués, rumbo a la caseta Palo Blanco, que en recientes semanas ha recordado el viejo mote que se le asignaba al tramo en columnas y notas periodísticas: “el boulevard de la muerte”.
Se recalca: a la par de la evidente falta de recorridos de control y contención de parte de efectivos de la Guardia Nacional, parece que se requiere urgentemente una revisión estructural al pavimento de la Autopista del Sol, a su paso como boulevard de la capital, porque además de la impericia y en muchos casos irresponsabilidad e inconciencia de las y los automovilistas, pareciera que no ayuda mucho el estado en que se le ha mantenido.
De hecho es conocido, entre quienes transitan regularmente por el boulevard, que sobre todo sus carriles centrales presentan sorpresivos desniveles y hasta inicios de socavones, lo que –no se puede asegurar pero tampoco está para descartarse- bien puede ser causal de eventuales accidentes o incluso los percances que se han registrado recientemente, estas semanas muy cargadas de acontecimientos incluso trágicos debido precisamente a la conjunción de variables que desembocan en choques y hasta volcaduras, como los dos casos incluso registrados sólo este viernes a lo largo del boulevard.
En definitiva, algo está pasando, sobre todo en fechas recientes, con las condiciones estructurales del boulevard Vicente Guerrero que pasa por Chilpancingo, lo que se potencia por la falta de acciones de prevención, así como de mayor presencia de la Guardia Nacional en su sector Caminos, un área federal militarizada que sigue quedando corta a falta de acciones no sólo en temporada vacacional, como esta que está concluyendo, sino de manera recurrente, en las llamadas temporadas bajas en afluencia de paseantes.
La corporación, así como la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes –SICT-, deben poner atención a este corto pero peligroso tramo en Chilpancingo, antes de que continúen sólo para los registros, sin hacerse algo de fondo, los accidentes vehiculares con sus daños materiales, lesionados y muertos.