El alcalde y compromisos financieros inevitables

Primero ‘en corto’ -ahora ya ni tanto porque parece haber recurrido a sus aliados de ocasión desde plumas pagadas en columnas de opinión-, el imprevisto alcalde sustituto de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, se queja amarga y más abiertamente de que en las arcas municipales no alcanza para solventar los adeudos históricos que el gobierno de la capital tiene ante el Instituto de Seguridad Social de los Servidores Públicos del Estado de Guerreo –Issspeg-, que asciende a 334 millones 912 mil, siendo por cierto esta administración que mayor monto de deuda ha arrastrado ante el organismo estatal de dispersión de pensiones y prestaciones para ex trabajadores de áreas de gobierno.

“No quiero creer que quieran que el municipio de Chilpancingo se declare en quiebra financiera”, ha dicho el sustituto, este médico capitalino ‘de sangre pesada’, de por sí alejado del pueblo y ahora más, estando ‘amurallado’ por uniformados armados que lo cuidan en ostentoso número; hay que recordarle al ahora presidente municipal ungido en base a una tragedia -el asesinato de Alejandro Arcos Catalán, impune hecho a más de un mes de ocurrido- que, para empezar a ocuparse en este tema que le va estallar en diciembre -es decir, el financiero- vaya cumpliendo con lo anunciado hace días, en el sentido de que se va a revisar la, o las, nóminas en el ayuntamiento, un imperativo no sólo para el futuro del propio presidente municipal en la administración –hay que imaginarse la repercusión de que el médico diga “no alcanza”-, sino una exigencia hasta ahora desairada de sectores laborales al interior del propio gobierno de Chilpancingo, aunque eso sí, siempre denunciantes e inconformes desde el anonimato, desde la comodidad que da hacerse de una cuenta en las redes sociales para exhibir al personal que –en su consideración- no debiera estar más en el ayuntamiento. En este sentido, por incluso por mero valor civil y defensa real de las plazas municipales, quienes ahora recurren a ‘lanzar la piedra y esconder la mano’ deben ser más contundentes, si es que de verdad están peleando contra la permanencia de trabajadores heredaros por Norma Otilia Hernández Martínez. Un buen y digno paso para continuar la lucha es organizarse abierta y legalmente, porque con golpeteos de ocasión desde redes sociales, y sin fuentes, lo único que van a lograr es que nada siga ocurriendo en la toma de decisiones desde la presidencia municipal.

Antes de que las deudas recientes e históricas ahoguen a su trienio, el alcalde emergente debe implementar la limpia en la o las nóminas del ayuntamiento, una necesidad urgente de cara a los pagos decembrinos; debe además perderle el miedo a la figura de la alcaldesa Otilia Hernández –señalada de dejar a cientos de ex colaboradores con altos sueldos, esos hasta ahora exhibidos de manera anónima-, y a la par, además de servir como mera figurita de ornato y acompañamiento en actos de gobierno, como este viernes, debe buscar los canales institucionales para tocar puertas y concretar gestiones no sólo en Guerrero, sino fuera del estado, ante la Federación, como le han hecho pasado presidentes municipales a quienes ahora pretende fustigar. Se le recalca al alcalde sustituto, quien todavía nada hace por el rescate de Chilpancingo: o se impone como la ahora autoridad municipal que es, o que se prepare para ‘la movida del tapete’ que le harán sectores manifestantes por la falta de pagos y prestaciones.

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