Desde siempre de las áreas más complicadas y hasta conflictivas desde hace trienios atrás, Servicios Públicos del ayuntamiento de Chilpancingo ha sido no sólo un dolor de cabeza institucional, sino la representación de una sociedad como la capitalina: irresponsable, inconsciente, omisa, incluso retadora.
Objeto hasta de vaivenes políticos, donde igual llegan amigos con ‘palancas’, ex candidatos en desagracia poselectoral o simples improvisados que ni soportan el mal olor de los desechos generados, el área de Servicios Públicos ha quedado por enésima vez evidenciada porque simplemente no se percibió ni un cambio para bien desde la conclusión del Paseo del Pendón del domingo, que se sabe que acaba generando toneladas de desechos, normal en un acto público masivo, pero ya no decir desde la tarde-noche del domingo, sino a lo largo del lunes se demostró que la dependencia, con sus nuevos burócratas recién designados en este ayuntamiento, han llegado para mantener a la dependencia igualmente lenta, burocratizada, de muy lenta reacción; por supuesto, también entre una crisis en equipamiento e insumos que, en este caso, le toca solventar a la administración de Gustavo Alarcón Herrera, que continúa sin atender siquiera las necesidades más apremiantes en la vía pública.
Mientras Chilpancingo sigue teniendo a una autoridad convertida en figura de ornato en actividades institucionales, o de simple cuidador del poco recurso que se tiene y se llega a ejercer –todavía se sabe que son sus hijos los ganones ante la falta de capacidad y autoridad del médico Alarcón-, se nota sólo al salir a la calle que este ayuntamiento no prioriza ni la sanidad ni el barrido ni la recolección de la basura, por eso se vieron los montones de desechos donde sea este lunes, después del Paseo del Pendón, corroboración entonces que este ‘nuevo’ Servicios Públicos municipales, ahora a cargo de Jesús Yigal Alexis Cuevas, ha cambiado sólo de mandos porque, de fondo, continúa sumido en la lentitud e incompetencia.
“Servicio eficiente, profesional y humano”, se dice que pidió el alcalde sustituto al nuevo funcionario de la administración, en esa desde ya área reprobada, aun con este “cambio”, al notarse el desaseado estado de las calles, avenidas y vialidades a pocas horas de pasado el Paseo del Pendón y donde su personal, sobre todo de barrido manual incluso del zócalo, continúa consiguiéndose cajas de plástico como recipiente para la basura y pedazos de cartón como recogedores; así, ni esperar una mínima mejora en la dependencia, a no ser que sean los propios alcalde y titular de Servicios Públicos quienes se atrevan, si quieren y tienen capacidad, a tocar puertas para las debidas –y urgentes, en el caso de Chilpancingo- gestiones, porque claramente algo pasa en la dependencia y los medios para ir mejorando van más allá de hacer destituciones unilaterales y simples nombramientos de nuevos aliados, en este caso del grupo del sustituto y su ahora influyente prole dentro del gobierno municipal.
Nada ha cambiado: una ciudadanía cochina sigue contaminando en esta ciudad sin vigilancia y que no sanciona la contaminación de vía pública, con un área especial –Servicios Públicos- que sigue siendo agencia de colocación para desconocidos improvisados; ha pasado en otros trienios pero hoy la situación es más grave ante una vía pública capitalina que es sinónimo de mayor riesgo de generación de fauna nociva, infecciones y enfermedades.