Vaya que saben, las y los guerrerenses, lo que es pasar por momentos críticos de terror y angustia al momento, después por días de incertidumbre y desesperanza, en el contexto de alguna devastación por fenómeno natural; no sólo fue ante el histórico paso del huracán Otis en parte de la costa, o por John en la región Centro: en Guerrero son incontables los acontecimientos por lluvias y temblores fuertes que han dejado luto y destrucción, viviendas y negocios arrasados, personas tristes, como también muy enojadas, ahora necesitadas de lo que se requiera para, en muchos casos, volver a empezar desde cero.
Esos saldos y esos sentimientos, ya bien padecidos en este estado con sus permanentes invasiones en más zonas de riesgo y sus deficientes regulaciones sobre construcciones que pululan en cerros y orillas de cauces pluviales y barrancas, los conocen -muchas veces incluso a la perfección- muchos sectores que actualmente se están organizando en municipios e instituciones para acopiar alimentos, agua, prendas, insumos de limpieza y para los hogares, que ya están en camino o a estas horas ya habrán llegado a zonas devastadas por lluvias en municipios del estado Veracruz, de los estados más afectados –junto a Puebla- que, sumado a daños en al menos tres entidades más, han registrado decenas de fallecimientos y millonarias pérdidas económicas en lo infraestructural, productivo, turístico y en materia de seguridad alimentaria.
Es decir, exactamente como ha ocurrido desde hace décadas en zonas de Guerrero, estado susceptible a inundaciones, a muy concretas afectaciones por sismos y que en recientes años ha padecido justamente por lo que ahora están pasando las y los ciudadanos del estado donde, muy seguramente, cuando les correspondió, también se habrán solidarizado con las y los guerrerenses en su momento en desgracia.
Ahora toca a esta entidad, de por sí solidaria y de buen corazón ante las adversidades, poner empeño, talento, humanismo, organización y logística; por eso han salido las toneladas de ayuda diversa por vía terrestre, aunque no hay que dejar de resaltar la asistencia específica que han brindado guerrerenses del Centro Regulador de Emergencias Médicas -CRUM-, que con ambulancias y personal especializado en atención prehospitalaria, ya en aquella entidad, además de ayudar de manera directa, de paso ponen en alto el nombre de Guerrero, entidad siempre cercana y acompañante –se recalca- porque ya ‘tiene experiencia’ en requerir la solidaridad y los apoyos, por eso no ha sido una sorpresa ver la organización y conjunción de esfuerzos de sectores productivos y turísticos, por supuesto del gobierno del estado en prácticamente todas sus áreas y la Universidad Autónoma de Guerrero. Todas y todos, sólo por ayudar, cargando insumos, ordenando cajas, también escribiendo mensajes de aliento, en las unidades desplegadas con el acopio de Guerrero para las y los veracruzanos por ahora en desgracia, aunque como en Guerrero, también pronto se sabrán reponer gracias a los esfuerzos de gobiernos, al acompañamiento también del Gobierno de México y a la suma de voluntades que se registran en el resto del país, como en esta entidad, que ahora pone mucho de su parte porque no olvida cómo se le tendieron las manos en devastaciones por fenómenos naturales. No queda más que ser conscientes y solidarios ante estos vaivenes climáticos que van a seguir.