Tren Parlamentario

Vicente Bello

La firma del 16 de febrero de 1996, atole con el dedo al EZLN

Se posicionaban en torno del 28 Aniversario de la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León. El PRIAN acababa de hacer gala de su enorme cinismo. Esto decían entonces PT, PVEM y Morena:

El diputado del PT Francisco Amadeo Espinosa Ramos: “En principio, debo mencionar que el alzamiento zapatista, el primero de enero de 1994, fue como una declaración de guerra al Estado mexicano, y que es producto de la situación de tremenda marginación y pobreza en la que se encontraban los pueblos originarios de Chiapas y prácticamente de todo el país.

“Es importante mencionar el simbolismo de la fecha elegida por los zapatistas para iniciar este movimiento armado, pues el primero de enero de 1994 entraría en vigor el tratado de libre comercio firmado entre los Estados Unidos de América, Canadá y México. Esa era la fecha, se nos decía, en que México entraría a la modernidad y que el libre mercado y las exportaciones de nuestro país harían a nuestros socios comerciales se traduciría en beneficio para todo nuestro país, en particular para una mejora salarial a los trabajadores mexicanos.

“… Debo comentar que el Estado mexicano en el gobierno de Ernesto Zedillo, distinguido priista neoliberal, pretende utilizar toda la fuerza militar del Estado para acabar con el movimiento zapatista. Sin embargo, la gran movilización de la sociedad mexicana a lo largo y ancho del país impidió lo que sin duda hubiera sido una brutal masacre de indígenas.

“En esta época, la 56 Legislatura (1996) en esta Cámara de Diputados coadyuvó a la solución del conflicto aprobando la Ley de Concordia y Pacificación como instrumento legal que permitiera una solución pacífica al conflicto presentado.

“Bajo esta premisa, se pudo dar el diálogo entre las partes para terminar ese conflicto, siendo así que el 16 de febrero de 1996 se firmaron los Acuerdos de San Andrés, que con posterioridad fueron incumplidos reiteradamente por el gobierno federal a través de su entonces secretario de Gobernación.

“También se debe mencionar que las propuestas zapatistas tenían sustento en el contenido del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo que ya había sido ratificado por el Estado mexicano y que el resultado obligatorio su cumplimiento, pero esto al gobierno priista no le importó.

“La reforma al artículo 2o. Constitucional, impulsada por el gobierno panista de Vicente Fox pretendió dar solución a la agenda pendiente en materia de derechos y cultura indígena, sin embargo, no abordó los temas sustanciales de la problemática de los pueblos originarios”.

El diputado del PVEM Roberto Antonio Rubio Montejo: “(El levantamiento del 1 de enero de 1994) no solo representó un hecho insólito en la historia de nuestro país, pues a nivel internacional tuvo un amplio reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, que durante siglos habían sido víctimas de menosprecio, maltrato y exclusión en nuestro país.

“Después de dos largos años de intensa negociación, el 16 de febrero de 1996 el gobierno mexicano y los representantes del EZLN firmaron los primeros acuerdos en defensa de los derechos y cultura indígena, siendo este el punto de partida para una agenda con más temas por discutir, en aras de poner fin al conflicto armado y alcanzar la paz en Chiapas”.

Y el diputado de Morena Alfredo Torres Hernández: “Cito al inicio de mi intervención esta frase de Benito Juárez, porque soy producto de esos hombres sin rostro que habla el movimiento de EZLN.

“Hace 30 años las y los hermanos indígenas de las cañadas de Chiapas decidieron levantarse en armas para denunciar las condiciones históricas de exclusión, asimilación y explotación a las que fueron sometidos durante los siglos del colonialismo en la etapa del Estado-nación mexicano y a los gobiernos neoliberales.

“Sin embargo, como es de dominio público, el gobierno federal envió al Ejército mexicano para sofocar a los rebeldes. Días después el gobierno declaró un cese al fuego debido a la presión de la sociedad civil e inició un proceso de diálogo, negociación con el EZLN, que dio como resultado años después la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, suscrito entre el gobierno federal mexicano y el EZLN el 16 de febrero de 1996. Ese documento presenta uno de los textos políticos de mayor relevancia para el movimiento indígena en los últimos años.

“Por desgracia, estos acuerdos no fueron cumplidos por parte de los gobiernos neoliberales, sobre todo por parte del gobierno panista encabezado por Vicente Fox, quien envió una contrapropuesta de reforma constitucional en 2001, y es la que se encuentra vigente en el artículo 2o. constitucional. Esta traición del gobierno provocó el fin del diálogo hasta el día de hoy. Tuvo que llegar el año 2018 para que este gobierno de la cuarta transformación voltee a ver a los dueños originales de estas tierras; es decir, a los pueblos indígenas.

“Estamos obligados a retomar los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, porque México tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas, y saldarla es un acto de justicia que no puede postergarse.

“Por ello recibimos con buen ánimo la propuesta de la reforma indígena que presentó el presidente de la República en el Poder Legislativo. En su momento la revisaremos y la complementaremos en favor de los pueblos indígenas. Desde esta tribuna hago un llamado respetuoso a los tres niveles de gobierno de México, y se pueda restaurar el tejido social de las comunidades afectadas por la violencia”.

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