Tren Parlamentario

Vicente Bello
De cómo la mafia Beltrones-Madrazo ocultó los medicamentos oncológicos

Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, seguía en aquella conferencia abriendo en canal a PISA y a los médicos que negaron los medicamentos oncológicos en connivencia con la mafia de Manlio Fabio Beltrones y Roberto Madrazo Pintado.

Decía: “Ahí viene otro ejemplo de colusión y corrupción entre el gobierno y el sector privado. De cómo acomodan las leyes. “Llega el metotrexate, al aeropuerto de la ciudad de México. Lo trajimos por mensajería. Y de mensajería estaba programado para que viajara del aeropuerto a la misma mensajería distribución, para lanzarse rápidamente a los 32 estados por avión.

“Como el medicamento faltaba aparentemente en todos los estados, lo enviamos en avión rapidísimo. “Llega el medicamento y se transporta a las 2 de la mañana a un centro de distribución para armar los paquetes para cada entidad federativa, estaba la empresa privada haciendo los paquetes para cada estado y así como iban estando los iban sacando, y de repente me habla el director general de esta empresa (de mensajería). Me dice: ‘Raquel, en el almacén donde estamos armando los paquetes de los medicamentos acaban de llegar seis camionetas Pick Up con gente vestida de paramilitar, y dicen que quieren los medicamentos porque dicen que es una investigación contra la delincuencia organizada. Que ‘es droga’, dicen.

“Entonces cerraron ellos su edificio y estaban espantadísimos. Me dice: ‘cada camioneta trae como 10 personas. Traen en las puertas como si fueran de la Guardia Nacional, pero vienen vestidos todos de negro.  O sea, no era el uniforme de la Guardia Nacional. Le hablo directamente al de la Guardia Nacional, avisándole lo que está pasando y manda un equipo.

Y seguramente se filtró de algún lado, porque antes de que llegara la Guardia Nacional los tipos de negro se salieron y desaparecieron. Se fueron y ya no siguieron molestando. Pero ellos iban a recoger los medicamentos otra vez para hacerlos perdedizos.

“Ese mismo medicamento, a los lugares más cercanos se enviaba en camionetas. Y en las camionetas tiene que guardarse el medicamento con cierta temperatura, las camionetas son cerradas. Pues sacaban a las camionetas de las carreteras, y hubo una, que fue el colmo, porque la camioneta estaba volcada, completamente de cabeza, y como son cerradas con lámina, primero destruyeron todos los medicamentos y luego la inundaron con agua. El chofer estaba todo golpeado. ‘Es que tienes que denunciar’, le decíamos. Y nos respondía: ‘Es que me quedé dormido’.  Y de esas, hubo varias (respuestas), porque estaban amenazados.

“Porque también es gente común y corriente, que ¿qué hace? Impotencia completa, porque no sabe quién les está haciendo eso.  Y además, pues les quitan sus direcciones. Saben dónde viven. La gente, tampoco, tiene cómo defenderse. No podían denunciar porque tenían miedo.  Y el medicamento fue destruido.

“Es una mafia. Primero, con lo de los aviones, llegan paramilitares; con lo de las camionetas, los sacaban de la carretera y destruían los medicamentos. Ahora vamos al hospital pediátrico, el infantil. El que hizo el paro del medicamento. Al tercer día ya estábamos con el medicamento en la puerta y el responsable de Almacén no lo quiere recibir.

“Nos decía: ‘no lo quiero recibir porque ya tenemos nosotros ese medicamento’. “Íbamos acompañados de la (Secretaría de) la Función Pública.  Y le dijimos: ‘Vamos a levantar un acta administrativa, de que usted no lo quiso recibir.  Porque si usted se lo niega a cualquier paciente, usted es el que va a ir al bote’. Entonces, luego lo recibió.  Lo recibe y al otro día me habla el director general del hospital. Ah… Obviamente, todo ese medicamento va con presupuesto público. Ya que reciben el medicamento nosotros les hacemos un descuento a su presupuesto, que fue el que sirvió para comprar el medicamento.

Pues cuando viene el descuento del presupuesto del hospital habla el director general del hospital. Y me dice: ‘Oye, Raquel; me están recortando el presupuesto’…

“Yo le respondo: ‘Pues son los oncológicos’. “Me contesta: ‘No. Yo ya los tengo. Ya los pagué’.  “Y yo le pregunto: ‘¿Y por qué no los has entregado?’

“Entonces el tipo ya no sabía qué hacer. Además fue ingenuo, porque como quería el dinero, escribió por oficio. Y yo le dije: ‘Te recojo los oncológicos, porque de todos modos faltaban en otros lados, siempre y cuando tú me pongas por escrito que sí tienes (medicamentos oncológicos). E hizo el oficio.  Puso por escrito que él tenía un contrato, que estaba vigente y que el laboratorio le daba los oncológicos. Y el señor (el director general del hospital) llevaba casi cuatro meses de no entregar medicamentos.

“Lo denunciamos. Y aquí viene el problema de la impunidad del Poder Judicial. O sea… no está en el bote.  Cesado, sí. Cesamos a varios médicos: desde el director, el primer director de todos los institutos de Salud de Tlalpan, fue el primero que se fue… Porque ahí voy con otro: después de eso, ya se me puso nerviosa la empresa (PISA), porque tenían los medicamentos escondidos y caducan.

“Entonces, se me acercan y me dicen: ‘Oye, ya no sigas comprando en el extranjero porque nos van a caducar’.

“Yo le respondí: ‘pues es problema de ustedes. Ustedes me dicen que no tienen (medicamentos), ese es su problema.

“Entonces, lo que hicieron fue esconder otro medicamento muy importante. Estos de PISA. Como no les abríamos los laboratorios, fueron -acompañados de médicos que ya están cesados- a amenazar diciendo que si no les abríamos más laboratorios nos cancelaban más medicamentos”… Raquel entonces dijo lo que hizo Cofepris (Continuará)

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